Las dunas doradas del desierto de Dubái son un testimonio milenario de la península Arábiga, donde cada grano de arena guarda secretos de civilizaciones nómadas. Este vasto océano de arena contrasta con la silueta ultramoderna de los rascacielos que dominan el horizonte urbano del emirato.
Más que una postal, este paisaje desértico encierra historia viva. Las tribus beduinas establecieron aquí rutas comerciales entre continentes, y los vientos han moldeado los montículos rojizos durante milenios. El territorio conserva la esencia cultural que dio origen a los Emiratos, mucho antes del petróleo y la modernización.
Los safaris en el desierto se han transformado en experiencias que combinan aventura y tradición, permitiendo explorar un ecosistema donde la fauna nativa, como el órix árabe, ha sido reintroducida. Travesías nocturnas bajo las estrellas y encuentros con animales autóctonos hacen de cada visita una inmersión inolvidable.
Este artículo explora la geología del desierto, su legado histórico, su biodiversidad protegida y las actividades más enriquecedoras para conocerlo de forma segura.