Marsa Alam es una ciudad costera situada en el sureste de Egipto, a orillas del Mar Rojo. Durante décadas fue un pequeño pueblo pesquero, apenas conocido fuera de sus fronteras. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido en uno de los destinos turísticos más atractivos del país gracias a sus playas vírgenes, sus arrecifes de coral intactos y su rica biodiversidad marina. Su carácter tranquilo y menos masificado que otros puntos turísticos del Mar Rojo, como Hurghada o Sharm el-Sheikh, ha hecho que se gane el sobrenombre de “la joya escondida del Mar Rojo”.
La apertura del Aeropuerto Internacional de Marsa Alam en 2001 cambió radicalmente el destino, permitiendo la llegada directa de vuelos internacionales y consolidando su desarrollo turístico. Hoy, Marsa Alam combina la belleza natural del mar y el desierto con resorts de lujo, actividades de aventura y una fuerte conexión con la historia antigua de Egipto.
En la Antigüedad, la zona de Marsa Alam era conocida por sus minas de oro y esmeraldas. Durante el Imperio Romano y el período faraónico, caravanas recorrían el Desierto Oriental para transportar estos valiosos minerales hacia el Valle del Nilo. Restos de antiguas minas y asentamientos aún pueden encontrarse en áreas cercanas, especialmente dentro del actual Parque Nacional Wadi El Gemal.
Durante muchos siglos, Marsa Alam se mantuvo como un pueblo pesquero aislado. No fue hasta finales del siglo XX cuando comenzó a ser explorado por buceadores europeos en busca de nuevos arrecifes vírgenes. La construcción de su aeropuerto en 2001 fue el punto de inflexión que impulsó su desarrollo como destino turístico internacional.
Marsa Alam se encuentra en la costa oriental del Desierto Oriental de Egipto, bordeado por el Mar Rojo al este y por montañas áridas al oeste. Esta ubicación ofrece un paisaje contrastante donde el desierto y el mar se unen en perfecta armonía.
El clima de Marsa Alam es típicamente desértico, con veranos calurosos que pueden superar los 35 °C y con inviernos suaves que rondan entre 20 y 25 °C. La temperatura del agua del Mar Rojo se mantiene agradable durante todo el año, lo que convierte a Marsa Alam en un destino turístico de 12 meses al año.
La baja humedad, los cielos despejados y la calidez del agua lo hacen ideal tanto para actividades acuáticas como para excursiones por el desierto.
Marsa Alam es considerado uno de los mejores destinos de buceo del mundo. Arrecifes como Elphinstone Reef atraen a buceadores por la posibilidad de ver tiburones martillo, tiburones oceánicos de puntas blancas y grandes bancos de peces.
La bahía de Abu Dabbab es famosa por sus tortugas y dugongos, y también es apta para quienes prefieren hacer snorkel.
Uno de los puntos más visitados es Sataya Dolphin Reef, un arrecife donde grupos de delfines salvajes nadan en libertad. Muchos tours ofrecen la posibilidad de nadar junto a ellos en su hábitat natural.
Las excursiones en 4x4, quads o camellos por el Desierto Oriental permiten descubrir paisajes montañosos, oasis escondidos y conocer comunidades beduinas que aún mantienen sus tradiciones.
Este parque abarca tanto áreas marinas como terrestres. En él se encuentran manglares, aves migratorias, arrecifes de coral y restos arqueológicos como minas romanas y ruinas de asentamientos.
Al estar relativamente cerca de Luxor y Asuán, muchos turistas combinan su estancia en Marsa Alam con visitas culturales a los templos faraónicos del Nilo.
Marsa Alam es también un destino para el descanso. Sus resorts ofrecen spas, yoga frente al mar y gastronomía internacional de primer nivel.
Marsa Alam, en el Mar Rojo de Egipto, es un destino que combina a la perfección naturaleza, aventura y descanso. Sus arrecifes vírgenes, playas tranquilas y cercanía a enclaves históricos como Luxor y Asuán lo convierten en una opción ideal tanto para los amantes del mar como para quienes desean adentrarse en la riqueza cultural de Egipto.
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Marsa Alam está en la costa occidental del Mar Rojo, al sureste de Egipto, a unos 270 km al sur de Hurghada y cerca de la frontera con Sudán.
La mejor época es entre octubre y mayo, cuando las temperaturas son más suaves. En verano también se puede visitar, pero las temperaturas pueden ser elevadas.
Existen vuelos directos desde varias ciudades europeas, principalmente desde Italia, Alemania, Polonia y Reino Unido. Desde Egipto, se puede llegar en vuelos internos desde El Cairo.
Sí, es un destino seguro y tranquilo. Egipto ha reforzado la seguridad en zonas turísticas y Marsa Alam es considerada una de las áreas más tranquilas del país.
Se pueden observar tortugas verdes y carey, delfines, dugongos, tiburones de arrecife, tiburones martillo, mantarrayas, peces payaso, morenas y corales de múltiples colores.
La mayoría de los visitantes necesitan una visa para entrar a Egipto. Puede obtenerse online (e-Visa) o directamente en el aeropuerto, dependiendo de la nacionalidad.
Aunque predominan los resorts de lujo, también existen hoteles boutique y opciones más económicas, especialmente en la zona del centro de la ciudad y en hostales para mochileros.
Entre los más destacados están Elphinstone Reef, Abu Dabbab, Shaab Samadai (Casa de Delfines) y Sataya Reef.
Sí, es una excelente opción. Muchos tours ofrecen traslados a Luxor y Asuán, permitiendo disfrutar tanto de la cultura faraónica como de la belleza del Mar Rojo.
La principal diferencia es la tranquilidad y autenticidad de Marsa Alam. Mientras que Sharm y Hurghada están más desarrollados y masificados, Marsa Alam conserva un ambiente más natural, con arrecifes intactos y un turismo más exclusivo.