La Casa de la Virgen María es un santuario cristiano y musulmán situado cerca de Éfeso, en Turquía. Se cree que fue el último hogar de la Virgen María, madre de Jesús, según la tradición católica y ortodoxa. Este lugar sagrado atrae a miles de peregrinos cada año en busca de bendiciones y una experiencia espiritual. Además, su belleza natural y su atmósfera de paz lo convierten en un destino imperdible tanto para creyentes como para turistas interesados en la historia y la religión.
 
La creencia de que María pasó sus últimos días en Éfeso proviene de las visiones de la beata alemana Ana Catalina Emmerick en el siglo XIX. Sus revelaciones fueron documentadas por el escritor Clemens Brentano y llevaron a la exploración del sitio en 1891 por un grupo de sacerdotes lazaristas, quienes encontraron una antigua estructura en ruinas que coincidía con la descripción de la beata.
Se cree que María fue llevada a Éfeso por el apóstol Juan después de la crucifixión de Jesús, en cumplimiento de su misión de cuidar de ella. La Iglesia Católica nunca ha declarado oficialmente que esta casa fuera su última residencia, pero en 1951 el Papa Pío XII la declaró lugar sagrado, y en 1967, el Papa Pablo VI la visitó y la bendijo. Posteriormente, Juan Pablo II y Benedicto XVI también peregrinaron al lugar, reforzando su importancia para la fe cristiana.
En el siglo IV, el Concilio de Éfeso (año 431) ya reconocía la importancia de la Virgen María en esta región, consolidando la tradición de su presencia en la zona. Aunque la evidencia arqueológica no ha confirmado de manera concluyente que María vivió allí, el lugar sigue siendo un importante destino de peregrinación y un símbolo de la unión entre cristianos y musulmanes en la devoción a la madre de Jesús.
Hoy en día, la Casa de la Virgen María es un centro de peregrinación donde los fieles acuden a rezar y a encender velas en honor a María. Además, el 15 de agosto, día de la Asunción de María, se realizan ceremonias especiales en este sitio, congregando a creyentes de todo el mundo.
La Casa de la Virgen María es una estructura de piedra pequeña y sencilla. El edificio actual es una reconstrucción basada en los restos originales encontrados en el siglo XIX. El interior consta de dos secciones principales: una sala de oración y una cámara donde se dice que dormía la Virgen María.
El santuario se encuentra en una colina rodeada de un entorno boscoso que proporciona un ambiente de tranquilidad y recogimiento. En las inmediaciones, hay una fuente cuyas aguas se consideran milagrosas.
Uno de los elementos más llamativos del lugar es el Muro de los Deseos, donde los visitantes pueden escribir sus peticiones en trozos de papel y atarlos a la pared, siguiendo una tradición similar a la del Muro de los Lamentos en Jerusalén.
La Casa de la Virgen María es un destino de profunda significación espiritual e histórica. Ya sea por motivos religiosos o culturales, su visita ofrece una experiencia única en un entorno de serenidad y devoción. La combinación de historia, fe y belleza natural hacen de este lugar un sitio imprescindible para quienes visitan la región de Éfeso. Además, la coexistencia de tradiciones cristianas e islámicas en el lugar refleja su importancia como símbolo de unidad y respeto interreligioso.
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Sí, hay una tarifa de entrada que ayuda al mantenimiento del sitio.
Se encuentra aproximadamente a 9 km de las ruinas de Éfeso y se puede llegar en coche o en excursiones organizadas.
Sí, aunque hay algunas áreas con terreno irregular, se han realizado adaptaciones para facilitar el acceso, incluyendo rampas y caminos pavimentados.
Está permitido tomar fotos en el exterior, pero en el interior está restringido para mantener un ambiente de respeto y devoción.
Se puede llegar en coche, taxi o en excursiones organizadas desde ciudades cercanas como Kusadasi o Izmir. También hay autobuses que conectan con Selçuk, desde donde se puede tomar un taxi o minibús hasta la Casa de la Virgen María.