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La Orilla Oriental De Luxor

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Luxor Temple
 
Luxor, Karnak TempleDecir que Luxor es una de las ciudades más espectacularesdel mundo es quedarse corto. De hecho, es uno de los museosal aire libre más asombrosos, si no extraordinariamenteel mejor, de todos los rincones del mundo y ofrece a susvisitantes la oportunidad de contemplar casi un tercio detodas las antigüedades clásicas conocidas por el hombreen solo unos pocos kilómetros. En efecto, los templos y lasestructuras que siguen en pie desde hace miles de años seconservan espléndidamente. 

Cuna de la ciudad de Tebas, la antigua capital de Egipto durante el periodo faraónico del Imperio Nuevo, junto con los fantásticos templos de Karnak, el templo de Luxor y la necrópolis del Valle de los Reyes y del Valle de las Reinas, la historia de Luxor se remonta a tiempos inimaginables. En realidad, la ciudad está dividida en tres zonas principales: el centro de la ciudad en la orilla oriental del Nilo; Karnak, una ciudad por derecho propio situada al norte; y Tebas, ubicación del Valle de los Reyes.

La ciudad empezó a cobrarimportancia ya en torno al 2000 a. de C., bajo el dominio de la dinastía XI. En la antigüedad, recibió el nombre de Waset, que indicaba su poder, y posteriormente los griegos la llamaron Tebas. Se dice que Homero describió Luxor como «la ciudad de las cien puertas». 
 
Luxor Temple and the Nile corniche
Durante muchos años, fue una de las ciudades más importantes del mundo y, sin lugar adudas, se encontraba en el centro de la vida política, económica, religiosa y militar del antiguo Egipto.
En la actualidad, Luxor es una ciudad compacta, que se extiende a lo largo de las orillas del Nilo y está rodeada de desierto. Su población ronda los 380000 habitantes, con un torrente regular de turistas extranjeros que incrementanesta cifra durante los meses de primavera y otoño, cuando la temperatura es ideal para visitar los diferentes lugares de interés. Y es que, entre los meses de junio y agosto, no es poco habitual que la temperatura alcance de 31 a 40ºC.

El tamaño de Luxor facilita la navegación por la ciudad. Desde el aeropuerto internacional de Luxor apenas hay un pequeño paseo de unos 20 minutos hasta el centro de la ciudad, que en su mayor parte únicamente comprende tres calles principales. La cornisa, una preciosa avenida flanqueada de árboles que se extiende a lo largo de las orillas del Nilo a modo de paseo marítimo, es el centro de todas las atracciones de la ciudad. Allí se encuentra el Winter Palace Hotel, en la actualidad dirigido por el grupo hotelero Sofitel, donde se dice que Agatha Christie escribió su clásico Muerte en el Nilo.

Las otras dos calles principales son la Sharia al-Mahatta, donde se encuentra la estación de tren, y la Sharia al-Karnak, que se extiende desde el templo de Karnak hasta la ciudad, pasando por el templo de Luxor. Para los visitantes, el tamaño y el trazado de Luxor significan que todos los emplazamientos están a poca distancia unos de otros y son fáciles de localizar.Ahora, se puede cruzar desde la orilla oriental o el centro de la ciudad hasta la orilla occidental para visitar el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas de una forma mucho más directa por carretera, gracias al puente que se abrió diez años atrás: solamente son unos pocos kilómetros río arriba. Antes de que se abriera el puente, una buena solución era subirse a bordo de uno de los baratos transbordadores o lanchas motoras que, con bastante frecuencia, navegaban, y aún navegan, por el Nilo. Justo en frente del templo de Luxor hay un embarcadero, por lo que es una forma ideal de cruzar el río. Los visitantes disponen de todo un abanico de oportunidades para visitar los monumentos y lugares de interés de Luxor como, además de, evidentemente, las dos principales atracciones de la ciudad —el templo de Luxor y los templos de Karnak—, el Museo de Luxor y el Museo de la Momificación
 
La cornisa ofrece una asombrosa vista del templo de Luxor, especialmente atractiva cuando se enciende con sutileza al atardecer. El templo, de la misma época de Amenhotep II y Ramsés II, está dedicado al dios Amón Ra y su esposa Mut. Puede entrar en el templo a través de la entrada norte, por donde antaño se conectaba con los templos de Karnak a través de un paso elevado flanqueado por estatuas de esfinges que, en la actualidad, se está restaurando y está listo para convertirse en una de las principales atracciones de Luxor. Una incorporación posterior fue una gran carretera, dromos, construida por Nectanebo I en la dinastía XXX. Desgraciadamente, la mayor parte de las esfinges ha ido desapareciendo con el paso de los años, aunque en las cercanías del templo aún se conservan algunos ejemplares en buenas condiciones.

Al templo, erigido durante el Imperio Nuevo, se accede tras pasar un enorme pilar construido por Ramsés II, con dos de las seis estatuas originales que representaban al rey a cada lado. También se conserva uno de los dos obeliscos de granito que alcanzaban los 25 metros de altura. El otro se erige en la Plaza de la Concordia en París, un punto de referencia muy querido y fotografiado.En su interior, encontrará patios, columnas y fabulosas columnatas, una de cien metros de largo construida por Amenhotep III, cuyas columnas están coronadas con labrados de papiro. A lo largo del recorrido hay transcripciones, escenas del antiguo Egipto e incluso se pueden contemplar estucos romanos que cubren parcialmente los antiguos jeroglíficos egipcios. La pared externa del pilar presenta inscripciones que relatan la batalla entre Ramsés II y los hititas. El templo es una gloriosa celebración del poder de los faraones del Imperio Nuevo y un monumento de visita obligada.

Medinet Habu, Ramses III TempleSi continúa desde el templo de Luxor hacia el próximo monumento de visita obligada, los templos de Karnak, llegará antes al Museo de Luxor, situado en la cornisa. Asegúrese de visitarlo. Con una apariencia bastante moderna, fue fundado en 1975 para albergar antigüedades que datan de las antiguas civilizaciones de la región encontradas más recientemente, incluidos algunos de los tesoros de Tutankamón. Aunque que el Museo Egipcio de El Cairo exhibe a la perfección numerosos objetos antiguos, es bastante emocionante ver unos objetos tan extraordinarios exhibidos en Luxor, la ciudad donde fueron encontrados. Los templos de Karnak apenas precisan presentación, pues son sumamente famosos. Constituyen el emplazamiento religioso antiguo más grande del mundo. El complejo debe su nombre al pueblo de Al-Karnak y, de hecho, comprende tres templos diferentes. El mayor de ellos, el recinto de Amón- Re, es antiguo y está dedicado al dios Amón. Es la única zona abierta al público. También están el recinto de Montu, el recin o de Mut y un edificio ahora desmantelado, el templo de Amenhotep IV. La triada de Luxor es Amón, Mut y Khonsu.El lugar data, nada menos, que del 2000 a. de C. y, aunque el edificio no fue demasiado importante en sus comienzos, se dice que cerca de 30 faraones fueron añadiendo edificios, templos, capillas y maravillas arquitectónicas al lugar durante unos 2000 años desde el Imperio Medio hasta la época ptolemaica. El resultado es un fantástico tesoro de antiguos edificios y estructuras, columnas, patios, pilares y obeliscos, incluso un lago sagrado, a una escala sin igual en ningún otro lugar del mundo. Al entrar, pasará por lo que se cree que fue un canal que lo conectaba con el Nilo, junto con un muelle antiguo aunque, desafortunadamente, en la actualidad se conserva muy poco de él.
La carretera de la entrada, dromos, está flanqueada por una fila de estatuas a cada lado y se conoce como la Avenida de los Carneros. Las estatuas representan al dios Amón y están perfectamente conservadas. Una vez dentro del edificio, asegúrese de ver la enorme estatua de Ramsés II, una de las imágenes más representativas de los templos de Karnak.
Entre los monumentos destacados que merece la pena visitar en la orilla oriental de Luxor, está el Museo de la Momificación, situado en la propia cornisa. Está muy bien señalizado y es muy fácil de encontrar. En su interior, se muestra una presentación gráfica de cómo los antiguos egipcios momificaban no sólo humanos, sino también cocodrilos, que abundaban en el Nilo, animales domésticos e incluso peces. Todos ellos se presentan momificados, incluido el cuerpo de Masaharta, Sumo Sacerdote de Amón en Tebas, en torno al 1050 a. de C.
 
Map
En el museo también podrá contemplar ejemplares de las herramientas que se utilizaban para extraer los órganos vitales, drenar los fluidos de los cuerpos y también para rellenar el vacío con sal, además de objetos como el líquido para embalsamar, jarras canópicas y ataúdes. Al igual que el Museo de la Momificación de El Cairo, situado en el interior del Museo Egipcio, este museo es un lugar fascinante pero no muy recomendable para los aprensivos.
Tampoco pierda la oportunidad de visitar en Luxor la mezquita más antigua, la mezquita de El-Mekashkesh, donde se dice que descansan los restos de un santo musulmán del siglo X, así como numerosas iglesias y la gran basílica copta cerca del templo de Luxor. Para visitar Luxor sin prisas desde el río, súbase a bordo de una faluca, un barco de madera de vela, o de una de las lanchas motoras que se pueden ver navegando en ambas direcciones del río a casi todas horas. Las zonas de desembarco situadas a lo largo de la orilla oriental son el punto de partida de los numerosos cruceros que también van y vienen de Asuán.
Luxor, the West Bank
 
En la orilla occidental, en cambio, podrá visitar el Valle de los Reyes, el Valle de las Reinas y el Valle de los Nobles, además de otras muchas estructuras y templos espectaculares. No pierda de vista el templo de Madinet Habu, que incluye los templos de Amenhotep I y Ramsés III, las dos enormes estatuas conocidas como los Colosos de Memnón, el templo funerario del Ramesseum y el famoso templo de la gran faraona Hatshepsut, un elegante edificio conocido como el templo de la Reina Hatshepsut, en Deir El Bahari.
El hermoso templo, esculpido en la escarpada roca de piedra caliza, cuenta con tres plantas y una amplia extensión de escalones y un pasillo en la entrada. Se dice que fue diseñado por el propio arquitecto del faraón, Senenmut, durante la dinastía XVIII. Sin duda, constituye una vista fascinante, y casi inquietante, desde la orilla oriental.

A un lado del templo de Hatshepsut se encuentran las ruinas del templo de Montuhotep II, mientras que al otro lado está el santuario de Amón y el santuario del Sol. Se dice que una serie de estatuas retratan a la reina, aunque aparece con forma masculina. También podrá visitar la capilla de Anubis, cuyas pinturas y relieves en las paredes y columnas son fascinantes y conservan gran parte de su color original. Relatan la historia de Hatshepsut, una de las únicas tres mujeres que gobernaron Egipto.